Razón le asiste a la periodista que tanto odia Petro; cuando dice: “Que es una absoluta vergüenza, que tanto en el Capitolio nacional, la casa de los padres de la patria, las cosas sigan como si nunca hubiese pasado nada. como si no estuvieran siendo mencionados en el último escándalo de corrupción". El senador Name y el represente Calle. Agravando la situación al ser estos dos personajes los presidentes de cada una de sus cámaras, la verdad sea dicha, no se necesita tener tres dedos de frente para pensar o creer quiénes son más corruptos, los que reciben, los que entregan o los que saben que ellos recibieron y/o entregaron y se hacen de la vista gorda.
En estos últimos 24 meses hemos vivido de escándalo tras escándalo, esto ha sido una constante en el gobierno del cambio. No hay razón para que Colombia tenga una clase política tan deleznable. Son los políticos que han sido elegidos por el voto popular, pero con un manto de duda hoy, sobre si realmente fueron unas elecciones limpias. esto me hace pensar cada vez más que todas esas personas, y podrá haber excepciones, tanto de izquierda como de derecha, porque, así como hay corruptos de un lado, los hay del otro, esto ya lo hemos visto.
“Errar humanum est”; pero, realmente “esta piñata llamada Colombia es la feria de la corrupción absoluta”, esto ha sido peor que la pandemia, cada día surge una historia diferente y más grave que la anterior, es triste ver en lo que ha convertido la corruptela politiquera, lo que es el arte de la política, el arte de servir. personas que aspiran llegar a esos cargos únicamente para llenar sus bolsillos, tanto así que ya hundieron la última reforma que pretendía rebajar los sueldos, oye! ¿qué más quieren? y vayámonos a ver qué hacen las regiones, hagámonos la pregunta nuestros representantes y senadores, los de aquí, los de casa, ¿qué han hecho? no han hecho absolutamente nada, pasamos de: “usted no sabe quién soy yo” a la “ley cero cachos”, y de ahí en adelante ¿Qué? triste panorama, triste futuro, la verdad, no veo una luz al final del túnel.
El presidente Petro viene amenazando desde hace ya mucho tiempo con la constituyente, pese a que en campaña manifestó no estaría dentro de sus planes hacerlo, hoy el panorama hace pensar lo contrario. Ya no es solo lo que dijo la senadora Zuleta; gravísimo ha sido en un país democrático, que un senador de la república, por mucho que sea de un partido de gobierno, haya hecho una convocatoria pública a reconocidos grupos terroristas para que los apoyen en defensa de lo que ellos llaman lo mejor para Colombia. Desastroso. Aquí hay que ver los delitos en los cuales está incurriendo este senador de la patria.
Desde el momento de su posesión, el 7 de agosto del 2022, cuando ordenó llevar la espada de Bolívar, la misma que él y su grupo guerrillero M19 hurtó el 17 de abril de 1974 en la Quinta de Bolívar en Bogotá, y el gesto mismo que fuese la hija del fallecido Carlos Pizarro, comandante de ese grupo terrorista, fuera quien le colocara la banda presidencial, desde allí comenzaron los desplantes y salidas en falso del presidente del cambio. Todos estábamos seguros que Petro marcaría un hito en la historia de Colombia, luego de 200 años de República un ex guerrillero, un miembro de la izquierda, llegaba a la casa de Nariño, pero lo que no sabríamos sino hasta ahora, fue que antes de ser por buen manejo del Estado, sería por su alto grado de corrupción y múltiples escándalos, desde el seno de su propia familia, su partido y quienes lo acompañaron a alcanzar la presidencia.
Desde la violación de los topes de las campañas, la entrada de dineros de ex narcotraficantes, FECODE, disidencias farianas, todas estas denunciadas por investigaciones periodísticas donde las fuentes han sido los mismos protagonistas (Nico, Day, Olmedo, Sneyder…) estas que a la fecha cursan lentamente en los entes de control correspondientes; a la fecha no sabemos el motivo por el cual la Fiscalía no ha avanzado en todo estos casos (De bolsillo…) el escándalo de corrupción que llevó a la captura de Nicolás Petro, su ex Day, los audios de Benedetti, el escándalo de la niñera de Laura Sarabia, la muerte sin esclarecer aún del Coronel Dávila, los sobrecostos en la contratación de los carrotanques para la Guajira, de donde surgió el último mega escándalo del país. Sigue lista, que no me daría tiempo de hacer más comentarios para ésta columna. A esta piñata llamada Colombia no le cabe nada más, y de hacerlo sería una gran explosión.
Columna de Opinión
Silverio José Herrera Caraballo
Abogado consultor en seguridad, convivencia y orden público
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