Es obvio inferir y deducir que la población o el segmento poblacional mejor estructurado para abordar un proyecto político serio que transforme realmente a Colombia está dentro de quienes pertenecieron a las Fuerzas Militares y de Policía y ahora como miembro de las Reservas Activas y los Veteranos pueden participar en política, opinar y hacer para transformar el país.
Infortunadamente el señor Petro no llegó a la presidencia caído en paracaídas. Él llegó por culpa de la desueta, descompuesta y anquilosada politiquería tradicional practicada por quienes dicen que están en la derecha y que defienden al pueblo colombiano. Y muchos ciudadanos cansados de ver tanta ineficiencia votaron porque creyeron que este sujeto que proponía el cambio iba a reformar el país. Y claro, lo está reformando, pero a favor de los intereses del comunismo internacional y de su ilimitada ambición dictatorial y egocéntrica que parecería no tener fin.
Se ha hablado mucho de la participación de las Reservas, pero erróneamente se cree que la solución está en nombrar candidatos y como en el chapulín colorado, síganmelo buenos, al estilo de los politiqueros tradicionales. Nuestra propuesta es que se debe romper ese esquema, si se vuelve a hacer lo mismo que han hecho otros politiqueros tradicionales, pues caemos en el mismo error y se volverá eterna la agonía y el señor Petro y los demás comunistas tendrán un espacio abierto siempre para justificar su accionar.
Se aproximan las elecciones del 2026, todos los días se habla de que hay que buscar un salvador o una salvadora y ese nunca existe, ni va a existir, lo que tenemos que pensar es en construir un proyecto político estructurado en el cual tenga conducción estratégica hecha por los más capaces, no por los más habladores ni por los más oportunistas, sino por los más capaces, los mejores estrategas.
Una conducción operativa por personas muy dedicadas en cada región, departamento, municipio, que estén todo el tiempo inmersas en la construcción y el fortalecimiento del partido a partir de las líneas estratégicas que se trazan desde la dirección estratégica y que se concitan con la militancia.
En tercera medida hay que tener una conducción activista, táctica, que es la que muchos confunden con hacer política, no, esa es apenas una de las formas de hacer política y uno de los métodos. Pero quien sale a las calles, quien convoca manifestaciones, no es ni puede ser el conductor estratégico ni el conductor operativo porque su tarea es esa y debe hacerla y la debe hacer muy bien y todo el tiempo, pero ese no es el director del partido ni ese es el conductor del partido.
Y en cuarta medida debe estar la militancia, que no puede ser una montonera, para no repetir lo mismo que hacen los politiqueros tradicionales que se siguen a personas y no a ideas, sino debe ser un grupo estructurado alrededor de un programa político y un proyecto político que debe ser abordado y aprobado por todos los miembros del partido.
De esa suerte se trabaja intensamente en la construcción de ese movimiento con hombres y mujeres porque la ley colombiana exige mínimo el 30% de mujeres en las listas. Y una vez hecho ese trabajo se convoca a una convención nacional final en la cual se van a tratar temas programáticos, temas organizacionales, temas electorales, temas financieros y temas de relaciones del partido.
Y se hacen las mesas de trabajo y se aprueban los estatutos y se aprueban todos los elementos previo estudio desde las regiones. No es al contrario como se pretende hacer que aparece cualquier lenguaraz y propone yo soy el candidato y siganme y les daré el camino. Ese está haciendo lo mismo que los corruptos tradicionales y está buscando sus ventajas particulares no las institucionales ni lo que necesita Colombia.
Opinion TC. Luis Alberto Villamarin Pulido
Sección La Ventana del Veterano y la Reserva Activa
LA REACCIÓN PRENSA
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