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EL TREN DE ARAGUA NO NECESITA AMOR NI AFECTO SINO LA ROTUNDA JUSTICIA

EL TREN DE ARAGUA NO NECESITA AMOR NI AFECTO SINO LA ROTUNDA JUSTICIA

En la más reciente y vergonzosa declaración del presidente Gustavo Petro, a raíz de su encuentro con Kristi Noem, Secretaría de Seguridad del gobierno de EEUU, el día 27 de marzo del 2025, el cual pidió “tratar con amor y afecto” a los integrantes del grupo venezolano narcocriminal Tren de Aragua, quienes tienen presencia en más de diez países de latinoamérica y han desatado una violencia de narcotráfico, extorsión y secuestro en años recientes, se evidencia una política de permisividad total con el crimen organizado por parte del mandatario colombiano. 


Para quienes hemos sido víctimas directas de este tipo de organizaciones narco criminales rechazamos de forma rotunda la falta de autoridad por parte del primer mandatario de los colombianos quien tiene la obligación constitucional de perseguir a estos bandidos. Lo más cínico es que el propio Petro reconoce: “Le dije a Noem eso, quite la exclusión. Eso fue lo que le dije, que los tratara con amor. Si los trata con violencia, responderán con violencia mayor. Amor, afecto. Eso es lo que puede salvar a la juventud de los Estados Unidos del fentanilo. Amor. Aquí no hay fentanilo, que yo sepa. Los jóvenes se drogan en fiestas”. 


Se patentiza que el presidente Petro “desconoce” o quizás prefiere “obviar” por completo, el origen del Tren de Aragua, una organización brutalmente violenta ligada al narcotrafico, la extorsion y el asesinato en diferentes países. No son jóvenes excluidos como Petro pretende hacer ver a estos bandidos, sino claramente delincuentes juzgados provenientes de cárceles venezolanas que asumieron el control delictivo con el apoyo de la narco tiranía socialista del Chavismo.


ORÍGENES DEL TREN DE ARAGUA 


El Tren de Aragua se originó a principios de la década de 2010 dentro del Centro Penitenciario de Aragua, conocido como la cárcel de Tocorón, en Venezuela. Inicialmente, surgió como un sindicato de trabajadores del sector construcción del ferrocarril en el estado de Aragua, de donde toma su nombre. Sin embargo, rápidamente evolucionó hacia una organización criminal más compleja, tomando control dentro de la prisión y expandiendo sus actividades delictivas hacia el exterior, incluyendo la extorsión, el secuestro, el tráfico de drogas y personas, y la minería ilegal, llegando a convertirse en una de las bandas criminales más temidas y de mayor expansión en América Latina.


Una política de permisividad por parte del tirano Hugo Chavez permitió la consolidación de mega bandas criminales al interior de las cárceles. El 26 de julio de 2011 marcó la conformación del Ministerio del Poder Popular para el Servicio Penitenciario, una iniciativa que se presentó como una continuidad de la Constitución de 1999 que delineaba la responsabilidad del Estado en garantizar un sistema penitenciario enfocado en la “rehabilitación de los internos” y el respeto a sus derechos humanos. En el anuncio de este nuevo ministerio, el presidente Chávez reafirmó esta política, diciendo: “Hay que convertir a la cárcel en un centro de formación del hombre nuevo, que salga transformado, capacitado para la vida, para el amor”.  


El penal de Tocorón emergió como un centro neurálgico para la gestación y expansión del Tren de Aragua Bajo el férreo control de Héctor Guerrero Flores, alias "Niño Guerrero" Desde su núcleo en la cárcel, esta organización criminal inició su proyección territorial, comenzando por el barrio San Vicente, donde no sólo impuso un régimen de control social, sino que también estableció vínculos con entidades gubernamentales a través de su fachada benéfica, la "Fundación Somos El Barrio JK", obteniendo recursos y respaldo. Posteriormente, mediante la creación de alianzas estratégicas con bandas locales, el Tren de Aragua extendió su red delictiva a otros cinco estados venezolanos, consolidando su presencia como una fuerza criminal de alcance nacional.


ZONAS DE “PAZ” EN VENEZUELA 


Las "Zonas de Paz" en Venezuela fueron una política implementada por el gobierno venezolano, principalmente a partir de 2013, que implicaba acuerdos tácitos o explícitos con bandas criminales en ciertas áreas geográficas. A cambio de que los delincuentes de la zona se comprometieron a no cometer crímenes, las fuerzas de seguridad del Estado se abstendrán de ingresar a dichas localidades para realizar operativos policiales o militares.


La idea detrás de estas zonas era, al menos en teoría, pacificar áreas con altos índices de criminalidad y buscar la reinserción de los delincuentes a la sociedad a través de proyectos productivos. Sin embargo, en la práctica, estas zonas se convirtieron en territorios liberados para la delincuencia, donde las bandas criminales consolidaron su poder, impusieron sus propias leyes, ocultaron a prófugos, almacenaron armas y vehículos robados, y continuaron realizando actividades ilícitas como extorsión, secuestro y tráfico de drogas con impunidad.


El Tren de Aragua se benefició directamente de esas “zonas de paz” ya que en su territorio fue implementada dicha política permitiendo una expansión acelerada del grupo y prácticamente el Estado venzolano capitulo ante el crimen organizado como una estrategia fallida para abordar la creciente inseguridad en el país.


EXPANSIÓN TRANSNACIONAL EN COLOMBIA 


Hacia 2018, el Tren de Aragua trascendió las fronteras venezolanas al intentar establecer una base de operaciones en la zona limítrofe entre el estado Táchira y el departamento Norte de Santander, Colombia. Este movimiento los llevó a confrontarse con poderosas organizaciones criminales colombianas, incluyendo al Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC). La disputa entre estos grupos se centró en el dominio de las rutas fronterizas informales, conocidas como trochas, corredores estratégicos para diversas actividades ilícitas como el narcotráfico, el contrabando de mercancías y el tráfico de personas. 


Aprovechando el masivo flujo migratorio venezolano hacia Colombia, el Tren de Aragua entre 2018 y 2023 construyó una red criminal transnacional con células en varios países, identificando una oportunidad en la vulnerabilidad de sus compatriotas recién llegados. En un contexto donde las principales organizaciones criminales colombianas priorizan el narcotráfico, el grupo venezolano comenzó a explotar metódicamente a los migrantes. Esto incluyó la imposición de extorsiones, el traslado ilegal terroritorial y la toma de control de puntos clave dentro de las redes de trata de personas con fines de explotación sexual.


ACTUACIONES CRIMINALES EN LA CAPITAL 


En Bogotá, el impacto del Tren de Aragua se ha manifestado principalmente a través de la extorsión a comerciantes y residentes en diversas localidades, siendo Kennedy una de las más afectadas, con reportes de amenazas y atentados con granadas a quienes se niegan a pagar. En Suba también se han documentado casos de extorsión. La organización ha incursionado en el microtráfico y el sicariato, con presencia notoria en localidades como Los Mártires y Santa Fe, donde se han registrado homicidios selectivos atribuidos a sus miembros.


En la frontera sur de Bogotá, en localidades como Ciudad Bolívar, se ha evidenciado su participación en el control de redes de trata de personas y la explotación sexual, aprovechando la vulnerabilidad de migrantes. Recientemente, se ha alertado sobre su creciente capacidad de amedrentamiento a través de atentados con explosivos, como el ocurrido en el barrio María Paz (Kennedy) donde resultaron heridas varias personas.


Hechos noticiosos relevantes incluyen la captura de miembros del Tren de Aragua en operativos en Kennedy y Soacha (Cundinamarca), la desarticulación de células dedicadas a la extorsión, y las alertas tempranas emitidas por la Defensoría del Pueblo sobre su presencia y disputa territorial con otras bandas en al menos nueve localidades de la capital, incluyendo Antonio Nariño, Tunjuelito, Chapinero, Teusaquillo y Barrios Unidos, además de las ya mencionadas. Estos hechos reflejan una creciente preocupación por la expansión y la violencia asociada a esta organización criminal en la ciudad.


PETROCHAVISMO: UNA POLÍTICA DE “AMOR” CON LA BANDIDOS 


Como lo evidenciamos anteriormente, tanto Gustavo Petro y Hugo Chavez siguen el mismo libreto de cobardía y capitulación ante el crimen organizado con eufemismos como “amor”, “paz”, “afecto” y cuánta palabrería barata puedan usar para justificar sus más oscuros designios con los más sanguinarios y crueles grupos al servicio del narcotráfico, la extorsión y el asesinato sistemático. Así como la política de Chavez con sus “zonas de paz” fracasó en Venezuela, acá en Colombia la “paz total” fracaso en Colombia regresando al país a unos niveles de inseguridad y violencia nunca antes vistos.


En 2024, Colombia experimentó la peor crisis humanitaria de los últimos ocho años, según el Comité Internacional de la Cruz Roja, que documentó 382 infracciones al derecho internacional humanitario, resultando en 719 muertes y afectando a miles de ciudadanos con 88.874 confinados, 160.000 desplazados, 252 desaparecidos y el reclutamiento de menores, cifras que evocan un escenario de conflicto bélico. La persistencia de ocho conflictos activos y la identificación de tres dinámicas preocupantes –la intensificación de los enfrentamientos, el creciente control de actores armados sobre las comunidades y el continuo irrespeto al derecho internacional humanitario– subrayan la gravedad de la situación humanitaria en el país.


En resumidas cuentas el fracaso del progresocialismo latinoamericana en materia de seguridad se ha profundizado durante todos estos años y el mismo libreto político para mantener el control electoral con intimidación está logrando su mayor éxito al punto de llevarse por delante a quien sea sin importar a la nación colombiana.


Hago un llamado reiterado, tanto como víctima de amenazas de esta organización criminal pero como tambien como nacionalista indignado a rechazar las palabras del Presidente Petro y a exigirle su obligación constitucional pero ante todo moral de perseguir a todos los criminales que atente contra las vidas de miles de inocentes colombianos, NO y no bajo ningun circustancia, vamos a tolerar la romantización del crimen.


EDITORIAL DE LA REACCIÓN PRENSA

WILLIAM S. ROJAS R. 

DIRECTOR GENERAL 


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